jueves, 25 de julio de 2019

Teorias de enseñanza - aprendizaje2

Teorías Humanista, Positivista y Hermenéutica.

TEORIA HUMANISTA (ABRAHAM  MASLOW. 1908.1970)
La idea básica de esta jerarquía es que las necesidades más altas ocupan nuestra atención sólo cuando se han satisfecho las necesidades inferiores de la pirámide.
 El Humanismo en la Educación tiene las siguientes características:

1.      Educación centrada en el alumno
2.      Dan a los estudiantes la oportunidad de explorar y entrar en contacto con sus sentidos, autoconceptos y valores.
3.      Educación que involucra los sentidos, las emociones, las motivaciones, gestos y disgustos de los estudiantes.
4.      Desarrollo de contenidos de acuerdo a los intereses y necesidades del estudiante
5.      Fomento de efectividad personal.

La teoría de la autorrealización de Maslow se sitúa dentro del holismo y la
psicología humanista y parte de la idea de que el hombre es un todo integrado y
organizado, sin partes diferenciadas. Cualquier motivo que afecta a un sistema
afecta a toda la persona.
Pirámide de Maslow. 



TEORIA POSITIVISTA Y TEORÍA HERMENEUTICA

Sophia, Colección de Filosofía de la Educación
ISSN: 1390-3861 faguilar@ups.edu.ec Universidad Politécnica Salesiana Ecuador.

  A mediados del siglo XIX se enfrentan dos corrientes  que buscan el estatuto de ciencia, por un lado están la tradición galileana de las ciencias naturales   y por el otro lado tenemos el enfoque hermenéutico, que surge en reacción al primero (Grodin 2002:51-52). 
  
Este último enfoque  pretende establecer la naturaleza, el objeto y el método de las nuevas ciencias sociales o ciencias del espíritu, frente a las ciencias de la naturaleza. El positivismo filosófico heredó la tradición galileana, además del proyecto de modernidad iniciado por Francis Bacon  con el método experimental inductivo (Fischl, 1994: 249).  Desde el punto de vista positivista la razón se establece como la guía hacia una ciencia auténtica que se desarrolla  a través de un método riguroso, capaz de originar un conocimiento objetivo como planteaba Comte (Fischl 1994:375). Con ello se renuncia a todo lo que no pueda ser comprobado experimentalmente, por lo que esta propuesta epistemológica superaría  la metafísica y las consideradas pseudociencias que investigan las esencias para pasar a hechos cognoscibles de la realidad. 

Augusto Comte, es el fundador del positivismo, quien como se sabe intentó darle a las ciencias sociales un estatus científico-positivo.  Una ciencia es, según Comte, positiva cuando deja de lado toda especulación metafísica, cuando se limita a la exacta observación de los fenómenos visibles y trata de reducir los resultados de esta observación a leyes generales.  Para Comte la ciencia atravesó tres estadios: el primero se denomina teológico caracterizado por explicar todo en base a dioses o demonios. El segundo llamado  metafísico; en él se sustituyen las explicaciones en base a dioses  por almas, esencias, cusas últimas, etc, y, finalmente tenemos el estadio positivo,  en el que la ciencia se limita a observar los fenómenos y a ordenarlos bajo leyes universales (Cfr. Fischl 1994: 375). 

Frente a esta tendencia positivista aparece en Alemania la denominada corriente hermenéutica, que tiene como principales defensores a Dilthey, Gadamer y Ricoeur.  Todos tienen en común, de una u otra forma, el rechazo a los postulados del empirismo (Grodin 2002:52). La hermenéutica por ejemplo,  está asociada al arte de la interpretación de los textos para comprender su sentido. 

La propuesta de convertir la hermenéutica en una metodología,  parte de la diferencia entre explicación y comprensión. Johann Gustav Droysen (1808 - 1884), fue el que utilizó por primera vez esta distinción y manifiesta que la comprensión es el método de las ciencias humanas; todo esto en oposición a las ciencias naturales para quien su método propio sería la explicación (Cfr Grodin 2002:52). 

Según Droysen, las ciencias humanas no buscan explicar la realidad como la física explica las caídas de los cuerpos, sino que intentan comprender la realidad, comprender qué es el hombre, qué es la historia, qué es la ciencia. No buscan explicar cómo funciona el hombre, cómo funciona el universo, explicar el movimiento de los cuerpos. Es precisamente ésta diferencia la existente entre explicación y comprensión, ciencias sociales y ciencias naturales.  

En consecuencia, para Droysen,  el éxito de las ciencias naturales reside en la claridad de su conciencia metodológica. Por tanto,  infiere que las ciencias históricas deben desarrollar sus propios métodos.

La hermenéutica pasaría entonces a focalizarse en la acción, con el objeto de comprender su sentido y de esta manera ubicarse en los planos metodológico, ontológico y epistemológico,  con la idea de una implicación del sujeto en los datos de la experiencia. Esto quiere decir, una unidad del sujeto con el objeto investigado. El comprender, a diferencia del explicar, significa el develar el  ser  de las cosas. La hermenéutica busca comprender hechos particulares y generar principios, no leyes generales; por lo que, para muchos epistemólogos se justifica la autonomía de las ciencias sociales. Entonces, la hermenéutica es una técnica, un arte, una filosofía de los métodos cualitativos, que tiene como objetivo interpretar y comprender para poder descubrir los motivos del actuar humano. La realidad subjetiva, metafísica y psicológica existe aun cuando las ciencias naturales  intenten negarlas, por ello, los procesos hermenéuticos deben  conducir, traducir, comunicar e interpretar los mensajes  y significados, no evidentes de los textos y contextos. 
Autores como Gadamer afirman que: “el fenómeno de la comprensión  y de la correcta interpretación de lo comprendido  no es sólo un problema específico de las ciencias del espíritu… el problema de la hermenéutica va más allá de las fronteras impuestas por el concepto del método de la ciencia moderna” (Grodin, 2002:6).

IMPLICACIONES EN EL PROCESO EDUCATIVO:
La hermenéutica y sus implicaciones en el proceso educativo / The implications of hermeneutics in the educational process.

El proceso educativo En primer lugar es necesario manifestar lo que se entiende como proceso educativo; no obstante, es importante mencionar que autores como Pring Richard (2002) manifiesten que un fenómeno tan  rico en matices,  no puede ser abarcado  por una única expresión omnicomprensiva (P.29). Sin embargo,  sí existen algunos rasgos del proceso educativo que son compartidos  por la mayor parte de autores. Pring menciona ocho rasgos de los procesos educativos. 

En primer lugar la  importancia en la educación, pues es la base para conformar reformas sociales, económicas y morales. Además permite corregir desórdenes sociales y promover los valores democráticos; En segundo lugar son procesos dirigidos hacia el perfeccionamiento del ser humano, el hombre alcanza su verdadera medida gracias a la educación (Cfr. 2003: 29-48). Nietzsche ya señaló que el ser humano cuando nace, no es todo lo que puede llegar ser, tiene una gran potencialidad que solo puede alcanzar mediante su actividad a lo largo de su vida; En Tercer lugar y complementando la anterior,  se puede  decir que abarcan todas las capacidades humanas, por ello la educación contribuye a la mejora de la persona en su conjunto; En cuarto lugar,  Pring manifiesta que en el proceso educativo  toma en cuenta la trasmisión de conocimientos y el alumno tiene que asimilarlos, esto es aprehenderlos; En quinto Lugar, esta la educación como un proceso cuyos resultados no se logran sin esfuerzo, éste es necesario tanto en el educador como en el educando; En sexto lugar,  los procesos educativos cumplen un papel imprescindible en la socialización de las personas; En séptimo lugar se menciona que  el proceso educativo tiene la estructura propia de un proceso de comunicación porque existe un emisor, un receptor, un mensaje y un contexto y por último (octavo), se menciona que la educación se orienta a la mejora del ser humano; en consecuencia, los procesos educativos no deben ser evaluados en función a parámetros pragmático, sino que han de valorarse principalmente de acuerdo a criterios éticos (Cfr. 2003, 29-48). 

Tomando en cuenta todo lo que se ha mencionado,  se puede  decir que el proceso educativo es un conjunto de tareas ordenadas a promover el aprendizaje,  cuyo ejercicio requiere poseer habilidades técnicas, morales y artísticas vinculadas, esencialmente, con la dimensión personal del ser humano.

El centro del proceso educativo lo protagoniza el educando, esto desde el ´´giro paidocéntrico`` que empezó con la escuela nueva (García, 2012:69). Así podemos decir que se considera al educando como el protagonista del proceso educativo, causa y sujeto principal  de su propio aprendizaje. Sin embargo es importante resaltar que no puede desmerecerse el papel importantísimo que juega  el educador: no se puede tratar al educador y al educando como si fueran rivales, como si fueran figuras antagónicas.

Se habla de educación cuando una actividad de enseñanza, y no solo de instrucción, suscita o promueve una acción de formación y no solo de aprendizaje. Aprender puede ser actividad o acción. En sentido pleno, hay educación cuando lo aprendido se realiza como acción, pues así es como se perfecciona o mejora el sujeto directamente. (…) Formación es el nombre propio de la acción educativa en el que aprende. La acción formativa es un aprender que requiere de una actuación intelectual pero también volitiva. Lo enseñado no solo posibilita la comprensión intelectual, sino también el acto de la voluntad (Altarejos, 1991:11)

Este es un proceso dinámico, interactivo, donde educando y educados, se interpretan,  y logran concebir el conocimiento. Se observa como el proceso educativo se ve influenciado por la hermenéutica, sobre todo en  la parte referida a la comprensión

GADAMER, HERMENÉUTICA Y EDUCACIÓN.

Gadamer, discípulo de Heidegger y maestro de insignes filósofos como Habermas, en su obra “Verdad y Método” (1960)  fijó los presupuestos y objetivos de la hermenéutica contemporánea. Gadamer destaca que los seres humanos  tenemos una conciencia moldeada históricamente, ya que estamos plenamente insertos en la cultura de nuestro propio tiempo y lugar.

Gadamer ha ejercido una gran influencia en occidente  y muchos autores han adoptado su metodología hermenéutica para el desarrollo de las ciencias humanas, entre las que se encuentran los saberes relacionados con la educación (García 2012:104).  Los autores comparten  la convicción de que el conocimiento está asentado sobre unas tradiciones y prácticas sociales, y que no hay acontecimientos propiamente humanos en abstracto “porque el conocimiento está asentado sobre unas tradiciones y prácticas sociales dado que el espacio, el tiempo, el lenguaje, la cultura… son los horizontes de la existencia humana” (García 2012:104).

La tradición es la que configura todas nuestras interpretaciones. La compresión no surge a partir de la nada, sino que ha sido siempre preparada por el pasado que llevamos con nosotros (García 2002:105).  Por ello Gadamer no considera la tradición como una fuerza que determina la comprensión desde fuera, así como tampoco concibe el pasado como algo inerte y acabado sino que, mientras vivimos, somos nosotros mismos lo que formamos parte de ese proceso y le comunicamos la fuerza que posee. La hermenéutica de Gadamer considera que  toda comprensión tiene una estructura circular, que se funda en una pre comprensión y avanza gracias a la anticipación de sentido. Este movimiento constituye el denominado círculo hermenéutico (García 2002:105).

En el método hermenéutico se establece  un diálogo con el pasado y con los otros. La unión de horizontes que se logra forma una conversación en la que se expresa algo que no pertenece, en exclusiva, ni al autor original, ni al  intérprete, sino que es común a los dos. Desde ahí parte el intento de ambas partes por comprender y hacerse entender, un lenguaje común y unas opiniones compartidas. La hermenéutica juega un papel fundamental dentro de la educación,  como se ha  comenzado a apreciar junto con Gadamer; sin embargo, es necesario observar más de cerca la importancia de la hermenéutica dentro de la educación.

El aprendizaje  se realiza a través de conocimientos previos; sin embargo aprender algo no significa quedarse encerrado en la tradición, ésta  trasciende cuando se produce el auténtico aprendizaje. La tradición viene a ser el contexto en el cual hay que proyectar el significado de lo que aún no llegamos a comprender; no obstante “la educación no es meramente  la reproducción de la tradición” (García 2002: 106), sino que lanza un reto hacia lo que nos es familiar, obligándonos a reformular la comprensión de manera que se nos permita incorporar al todo que se conoce, lo que aún no se sabe.

En la pedagogía, el proceso hermenéutico intenta reconocer los acontecimientos de la enseñanza de un grupo de sujetos, quienes dialogan acerca de la vida, comparten saberes y trazan significados. Según Flores (2001: 15) la misma pedagogía, como disciplina en construcción, tiene el objetivo de comprender conceptos e interpretaciones sobre los procesos de enseñanza en tanto eventos formativos, donde los individuos se habilitan como pensadores e interlocutores competentes, para validar el sentido y la intencionalidad.

Una estrategia pedagógica, acorde a los postulados de la hermenéutica de Gadamer, procurará brindar a los estudiantes los recursos de pensamiento necesarios para el ejercicio de un sano cuestionamiento de los prejuicios imperantes; y una regulada y racional incorporación de los mismos prejuicios, a los paradigmas vigentes en un  determinado instante de la historia. La educación, desde la hermenéutica, es una instancia , que al propiciar la libre comunicación, facilita a las personas un ámbito de vida en donde pueden asociarse entre sí por la comprensión mutua de sus estructuras de entendimiento.

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